En muchos casos, cuando
nuestros hijos acaban de comer y piden postre, nos miran con cara de disgusto
si les ofrecemos fruta. Debemos encontrar la manera que descubran en ellas la
maravilla que nos ofrece la naturaleza. Tienen que saber que la fruta, además
de ser una exquisitez nos da los
nutrientes que necesitamos para no enfermar.
Dar el ejemplo
En primer lugar, debemos
hacer un análisis de conciencia y admitir si nosotros mismos comemos fruta
variada de manera diaria. Si insistimos a nuestro hijo que le tiene que gustar
la fruta y nunca nos ven a nosotros disfrutando de ella, probablemente no se
sientan inspirados ni a probarla.
Tenemos que compartir ese
momento y que nuestros hijos nos vean disfrutar de los distintos sabores dulces,
de esa manera se verán tentados a experimentar lo mismo que nosotros.
En la variedad está el gusto
Es importante, también, no
limitarnos al plátano y la manzana, sino ir preguntando al frutero por la fruta
de estación. Aquella que no es producida en invernaderos, sino de manera
natural. También tendremos a nuestro favor que serán de mejor calidad y a mejor
precio.
Tampoco podemos pretender que
a nuestros peques les gusten todas las variedades de fruta que hay en el
mercado. Es interesante ir probando diferentes tipos de fruta, ya que cada una
tiene diferentes propiedades y todas son buenas.
Si vemos que la fresa les
resulta ácida, yo no dudaría en cortársela en trocitos y espolvorearlas con un
poquito de azúcar, de esta manera no se podrán resistir. Ya habrá tiempo, poco
a poco, de ir poniendo cada vez menos azúcar hasta que llegue el día en que se
las coman tal como las compramos, sólo lavándolas bien.
Intento también comprar las
variedades más dulces, las piezas bien maduras. Les gustarán más, por ejemplo,
los melocotones que estén más tiernos, las manzanas rojas o las uvas negras. En
este caso, al principio, podemos quitarles las pepitas y un poco de piel. Les
gustará tanto su sabor que luego ya se apañarán para comerlas sin nuestra
ayuda.
Más ideas
Otra opción es hacer batidos
combinando diferentes tipos de fruta, para incorporar alguna que les cueste
más, como por ejemplo las que son más ácidas (naranja, kiwi, etc) Yo suelo
mezclarlas con otras más dulces como el plátano o el melón y el resultado es
excelente. Además, experimentar con las mezclas puede ser un “divertido juego”
para los niños y así, juntos, encontrarán nuevas y asombrosas combinaciones.
También queda muy rico si
horneamos una masa de hojaldre, luego extendemos crema, nata o natilla y fruta
troceada por encima.
En invierno, muchos niños
quedarán encantados si les hacemos unas crepes de manzana. Con un huevo, harina
y leche preparamos la masa y la manzana la salteamos en una sartén con
mantequilla y azúcar para poner de relleno. ¡Irresistible para una tarde de
frío!
Vale la pena
A veces no resulta fácil
conseguir que nuestros hijos se entusiasmen con la fruta pero es un esfuerzo
que tiene su recompensa. A continuación, he recopilado algunos de los muchos
beneficios que tendrán:
- La fruta está compuesta por
agua, minerales y azúcares naturales (elementos básicos)
- Tienen fibra que favorece
el tránsito intestinal y evita el cáncer de colon.
- Las vitaminas fortalecen
nuestras defensas contra procesos infecciosos.
- Los carotenoides y
bioflavonoides nos protegen frente al cáncer y los ataques de corazón.
Pocos alimentos reúnen esta
combinación de siete elementos vitales para nuestra salud. Es importante tener
en casa, cada día, estos medicamentos de la naturaleza y compartir frutas con
nuestros hijos disfrutando de ellas para crecer sanos y fuertes.
Si les interesa ahondar mas en el tema de la alimentacion de los niños aqui os dejo un enlace a un post muy completo http://clubmamas.novalac.es/consejos/para-ti-mama/ensena-tus-hijos-comer-sano-y-equilibrado/
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