Durante el embarazo, una de las
prácticas que más beneficios que puede generar, es sin lugar a dudas el yoga.
Este ejercicio tiene siete metas principales que te serán de enorme beneficio
las cuales son: mejora tu postura, optimiza tu flexibilidad, genera
relajamiento, te ayuda a controlar la respiración, tonifica tus músculos y
mejorar tu concentración. El yoga es sumamente útil para cualquier persona pero
durante el embarazo es de gran ayuda para lidiar con muchas de las molestias
asociadas con este periodo tan especial en tu vida.
Los médicos recomiendan que el
yoga puede ser practicado por mujeres embarazadas sin complicaciones o riesgos
y que se encuentren completamente saludables, esta recomendación es válida no
solamente para el yoga sino también para cualquier otro tipo de ejercicio.
Incluso siendo una práctica relativamente segura, es altamente recomendable que
le avises a tu médico que piensas practicar yoga antes de comenzar.
Dentro de las muchas ventajas que
implica el practicar yoga, tenemos que requiere poco tiempo, no es necesario
que salgas de casa, no necesitas gran experiencia ni equipo especial y de hecho
puedes aprenderlo simplemente leyendo un libro o siguiendo algún curso a través
de Internet o en vídeo. Como hemos mencionado inicialmente, el yoga es un
ejercicio bastante seguro, sin embargo no está demás que conozcas algunas
pequeñas precauciones que debes tener en cuenta antes de iniciar tus prácticas
de yoga durante la gestación.
Durante el embarazo, debes tener
cuidado de no realizar movimientos bruscos o que te puedan causar pérdida de
equilibrio y caídas. Mientras prácticas yoga trata de evitar el recostarte
sobre la espalda, en especial cuando el embarazo está avanzado, ya que el peso
del bebé puede disminuir tu flujo sanguíneo.
Como decíamos, debes tratar de
mantener el equilibrio en todo momento y evitar las caídas. En el yoga existen
algunas posiciones un poco más complicadas que otras, si crees que son
difíciles de hacer o implican cierto riesgo, simplemente no la realices y
ejercítate con rutinas más sencillas.
Cuando cambies de posiciones,
hazlo lentamente, ya que los cambios abruptos pueden generarte algunos mareos e
incluso distensiones y contorsiones musculares, tómate tu tiempo y realiza todo
de manera fluida y suave. Recuerda: si sientes dolor, incomodidad o alguna
molestia, detente inmediatamente.
Es necesario que mantengas
siempre la espalda recta, esto te ayudará a respirar mejor y evitará que
aumente la presión sobre tu vientre. Recuerda que el embarazo modifica tu
centro de gravedad, esto es especialmente cierto durante los últimos meses de
gestación. Muchas veces es útil tener cerca una silla o realizar yoga cerca de
una pared para lograr mayor balance y estabilidad.
Algunas rutinas de yoga pueden
ser verdaderamente cansadas. Recuerda realizar las más sencillas y que no
impliquen pérdida de equilibrio o movimientos extremos. Si te agotan
rápidamente, simplemente baja el ritmo y enfócate en relajarte, respirar
profundamente y realizar movimientos que mejoren la flexibilidad. Recuerda que
el yoga es básicamente relajación y no está orientado a quemar calorías ni
bajar de peso.
Es recomendable que practiques el
yoga en un lugar bien ventilado. Puedes practicarlo dentro de tu propia casa,
pero ten las ventanas abiertas. El yoga no es un deporte particularmente
exigente en el sentido físico, aun así sigue siendo ejercicio por lo que debes
ingerir abundante agua durante su práctica y después de ella. Durante el
embarazo es recomendable ingerir un promedio de ocho vasos de agua al día.
El yoga tiene algunos ejercicios
diseñados para trabajar sobre los músculos abdominales, durante el embarazo es
recomendable que evites este tipo de ejercicios, también deberías evitar
aquellos que incrementan tu ritmo respiratorio y finalmente, cuando tengas que
arquear el cuerpo, hazlo utilizando la espalda y no las caderas, evitando
siempre toda aquella posición que genere tensión en el abdomen.
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