Los padres primerizos demuestran
gran preocupación por la salud de su bebé. En especial se encuentran bastante
obsesionados con respecto a su peso, talla y todo lo concerniente a los
primeros signos del recién nacido. Hoy en día, los servicios médicos se
encargan de realizar todas las pruebas importantes para asegurarse de que la
salud del bebé esté óptima.
Cuando el parto ha transcurrido
de forma normal, sin mayores contingencias ni complicaciones, los cuidados del
bebe recién nacido suelen ser prodigados por una enfermera pediátrica. Sin
embargo, si han existido algunas complicaciones o se observan factores de
riesgo, por lo general la salud del bebé es vigilada de cerca por un médico
pediatra.
El alumbramiento
Ha quedado en la historia, la
típica palmadita en las nalgas para que el bebé comience a llorar. Hoy en día
se emplean otros métodos, por ejemplo se suele estimular la planta del pie del
bebé, aunque en la mayoría de los casos, el niño ya comienza a llorar sólo con
el contacto de las manos de la persona encargada del parto.
Luego del parto, se suele secar
inmediatamente al bebé y cubrirlo con un paño previamente calentado, con la
finalidad de que la temperatura corporal no descienda abruptamente. Tampoco se
estila ya, bañar al bebé inmediatamente después del nacimiento o utilizar un
aspirador nasal. Las secreciones nasales hoy en día se limpian con una gasa, se
emplean otros aditamentos sólo cuando existen problemas respiratorios.
El cordón umbilical
En la actualidad ya no se suele
cortar el cordón umbilical de inmediato. Sólo se realiza este procedimiento,
cuando está en peligro la salud del recién nacido. Por lo general, se espera a
que el cordón deje de latir para recién proceder con la separación.
La prueba de Apgar
Es una prueba que se utiliza para
valorar la vitalidad y madurez del bebé recién nacido. Esta prueba emplea cinco
parámetros distintos, los cuales son: frecuencia cardiaca, color de piel, tono
muscular, respiración y reflejos. Cada parámetro se valora en una escala de
cero a dos, asignando el valor de dos a una respuesta perfecta, una respuesta
mediana tiene un valor de uno y la ausencia de respuesta tiene el valor cero.
Esta prueba se suele realizar por
duplicado para asegurarse que el valor es el correcto. La primera vez, se
realiza al minuto del alumbramiento y la segunda, cinco minutos después. Cuando
la suma de las cifras individuales se encuentra entre 8 y 10, se considera que
el niño está bien. Algunas veces, la primera prueba resulta baja, sin embargo
la segunda prueba podría confirmar que los procedimientos de reanimación han
sido adecuados.
Pruebas adicionales
El bebé recién nacido también
suele pasar por un examen que incluye columna, caderas, cabeza y genitales.
Esto se realiza para determinar la presencia de malformaciones u otras
alteraciones. Luego de estas pruebas, se le traslada al recién nacido a una
zona especial, en la cual estará en observación. En esta zona se realizan otros
procedimientos y exámenes.
Se procede a determinar el grupo
de sangre, se le higieniza, se le mide y pesa y se le cura el ombligo. Luego de
esto, al niño se le suministra una dosis de vitamina K para evitar hemorragias.
También se le coloca algún ungüento en los ojos para prevenir la aparición de
conjuntivitis. Finalmente, se le suministra una dosis de la vacuna contra la
hepatitis B.
Acto seguido, el procedimiento
continúa con la identificación del bebé, para esto se le coloca una pulsera y
se le toma una huella dactilar. Como mencionábamos, ya no se estila bañar al
bebé de inmediato, pues ahora se considera que la capa que lo cubre ayuda a
protegerlo del frío y de las infecciones durante esta etapa tan sensible. Esta
capa desaparece por sí sola con el pasar de los días.
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