Elegir un tema con anticipación
Los niños, en especial aquellos mayores de tres años, pueden cambiar sus opiniones de manera abrupta, de la noche a la mañana. Un día pueden estar muy entusiasmados con una fiesta ambientada en un ambiente jurásico, con dinosaurios y todo, y al día siguiente pueden, literalmente odiar todo aquello que tenga que ver con dinosaurios. El secreto para poder lidiar con estos cambios de opinión tan repentinos, consiste en ser lo más genéricos posible en cuanto a decoración y temática. Comprar un poco de esto y de lo otro, elegir elementos con los colores favoritos del niño, y dejar para el final elementos más específicos como decoración basada en superhéroes, caricaturas o personajes populares.
Invitar a toda la clase
Una regla bastante práctica por la que te puedes guiar a la hora de invitar amigos, consiste en determinar el número de estos según la edad que cumple tu niño. Como ejemplo práctico: si tu niño va a cumplir cuatro años, invita a cuatro amigos. Sin embargo debes conversar con los padres para asegurarte que los pequeños invitados estén disponibles ese día y que te confirmen su asistencia, puedes invitar un par de niños más, ante la perspectiva de alguna ausencia. Por ningún motivo invites a toda la clase, esa es la receta perfecta para que pases una tarde verdaderamente estresante que no olvidarás jamás.
No preguntar quiénes son alérgicos
Esto es imprescindible. En las tarjetas de invitación debes preguntarles a los padres, si sus pequeños son alérgicos a algún alimento, adicionalmente hay que tener en cuenta que algunos padres dejan a los niños solos en la fiesta y luego pasan más tarde a recogerlos, por lo que también es importante que consignen un número de teléfono en el cual se les pueda contactar ante cualquier eventualidad o emergencia. Ninguna precaución está demás.
No planificar la apertura de regalos
Algunos padres consideran que es imprescindible abrir los regalos en plena fiesta, mientras que otros, parecen considerar esto de mal gusto y prefieren que los regalos sean guardados hasta después de terminada la fiesta para abrirlos en privado. Esto es cuestión de gustos. Ambos esquemas tienen sus pros y contras, el abrir los regalos en plena fiesta, hace que todos disfrutemos de la cara de sorpresa y felicidad del festejado, por otro lado la desventaja consiste en que todos los niños quieren comenzar a jugar inmediatamente con los regalos recién abiertos, lo cual muchas veces no es del agrado del agasajado. En todo caso, lo importante es tener en mente cómo se manejará este asunto y no improvisar en el momento.
Convertir la fiesta en una reunión para adultos
Muchos padres acompañan a los pequeños a las fiestas y suele suceder que se forman grupos de adultos, que finalmente terminan apropiándose de la fiesta, esto no debería suceder jamás ya que es una falta de respeto hacia el pequeño agasajado. Los padres de familia pueden reunirse y conversar sobre temas adultos, pero no deben apropiarse de la fiesta, esto incluye sacar bebidas alcohólicas, poner música para adultos y dejar relegados a los pequeños.
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